Para un recién titulado en el campo de la informática, la programación se torna compleja  a la hora de poner en práctica lo aprendido. Se encuentran muchos desafíos que, previamente, no se habían contemplado en el ámbito educativo, así como tareas de otros departamentos que dependen directamente del área de desarrollo.

En casos prácticos, el conocimiento adquirido ocupa alrededor de un 40% de lo que, finalmente, se acaba requiriendo en el mundo laboral. Ejemplos claros de esto van desde los diferentes lenguajes de programación que sabes y los que se acaban utilizando (como JAVA, JavaScript, C, C#, PHP, Python,…), así como las bases de datos (SQL, MySQL, SQLite, Oracle, phpmyadmin,…) y los frameworks (VisualStudio, Eclipse, NetBeans, IntelliJ IDEA,…).

El día a día del programador

La realidad de un programador novel se basa en una capacidad de adaptación constante, debido tanto a la diversidad de proyectos que se presentan, como al trabajo en equipo y a la colaboración con los diferentes departamentos de una empresa.

La imagen de un programador suele ser la de una persona aislada, introvertida, independiente y mecánica. Sin embargo, estos rasgos son incompatibles para el puesto de trabajo, ya que debe poseer un perfil más comunicativo, cercano, multitarea, resolutivo y carismático. Un programador no solamente se dedica a “picar código”, sino que mantiene un contacto directo con el cliente, gestiona los proyectos de manera administrativa, hace propuestas de valor frente a las peticiones del usuario y se coordina con compañeros de las diferentes secciones que engloban a una organización.

Con el departamento de Ventas existe un contacto muy directo, ya que le ofrece el producto final al cliente y lo gestiona con el programador para que ambas partes estén de acuerdo en lo que el demandante va a recibir. También se da un mano a mano con el área de Soporte, pues la gestión del funcionamiento de las páginas web y los servicios se apoyan en sistemas.

Conclusión

En definitiva, a la hora de ponerse el título de “programador”, también hay que ponerse el de “gestor”, “administrativo”, “consultor” y hasta incluso el de “comercial”. Este mundo no es hermético y es necesario conocer el escenario en el que uno va a acabar trabajando y no centrarse en el tópico que gira en torno a esta profesión.

 

Marta Cózar Carneros

Programadora Junior de mrHouston

 

 

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