La tecnología ha sido un impactante factor de cambio desde hace unas décadas en muchos aspectos, destacando la forma en la que aprendemos del entorno y nos relacionamos, de ahí la importancia de la educación en ciberseguridad. Una de las diferencias más importantes se centra en cómo la interiorizan los más pequeños/as, pues cada vez empiezan antes a manejar dispositivos que los conectan con todo tipo de información en el mundo.

Y es que un prematuro uso de la tecnología conlleva una gran responsabilidad. Navegar por el escenario digital puede traerles muchos beneficios pero, si bien para los adultos no deja de ser un mundo bastante engañoso y arriesgado, imaginemos cuando aún no se tienen desarrolladas las capacidades críticas necesarias para distinguir el contenido que se está recibiendo. La educación en ciberseguridad viene a cambiar esto, o al menos a intentar revertir parte de esos peligros.

El problema está en que los niños/as no se topan, únicamente de manera casual, con situaciones que no son adecuadas. En más ocasiones de las que nos imaginamos, son el objetivo directo de ciberataques o ciberacoso, y eso son ya palabras mayores.

Un ejemplo de la dimensión que el colectivo de los menores está sufriendo en la actualidad, son los ciberataques a colegios. Hasta un 20% de instituciones educativas ha sido objetivo de este tipo de amenaza. Por eso, es necesario que aprendan a protegerse por sí mismos en la medida de lo posible, independientemente de la protección añadida que lleven consigo las instituciones.

La importancia de la educación digital para la seguridad informática

Cuando a un/a menor (no importa la edad), se le dan tanto facilidades como autonomía para acceder a Internet y se le regalan dispositivos que les dan acceso a todo lo que ocurre en el mundo, tiene que haber unas normas. Pero, más allá de eso, tiene que haber educación. Una educación sobre los peligros, la seguridad y el impacto negativo que toda esta tecnología conlleva.

Es necesario prevenirles en la medida de lo necesario pues, por mucho que queramos, no podemos controlar todo lo que ven o cómo lo reciben. Si constantemente les educamos con los peligros que tienen lugar en el mundo real (no hables con desconocidos, mira a ambos lados antes de cruzar la calles, etc.), ¿por qué no parece tan importante hacerlo en el virtual, un lugar en el que, además, se está mucho más expuesto? Los desafíos para mantenerles “a salvo” aumentan de manera exponencial con el uso de la tecnología.

Cómo hay que introducir una educación en ciberseguridad

Sabiendo que Internet es un arma de doble filo, nunca está de más seguir unas pautas con nuestros hijos e hijas. Hay que concienciar a los pequeños sobre ciberseguridad, es nuestro deber como adultos hacer lo siguiente:

  1. Siempre hay que controlar la libertad que tienen y ampliarla a medida que van creciendo, pero los dispositivos que utilicen deberían estar protegidos con un buen antivirus y programas que puedan realizar escaneos más exhaustivos y regulares en búsqueda de malwares y archivos sospechosos. La parte técnica en la ciberseguridad es imprescindible, tanto para la seguridad de las personas como de los mismos aparatos.
  2. Enseñarles sobre la importancia y necesidad de crear contraseñas seguras y que varíen dependiendo de la cuenta. También lo que supone publicar contenido o comentarios inadecuados, pues quedan permanentemente en la red y pueden traer graves consecuencias a largo plazo. El respeto y la privacidad son cosas muy delicadas que, cuanto antes comprendan, mejor. Nunca es demasiado pronto para que adquieran estos conocimientos y evitar problemas futuros.
  3. Comunicación abierta. Muchas veces, situaciones desafortunadas suelen venir dadas por falta de confianza y vergüenza, en definitiva, falta de comunicación. Es vital que no haya brechas comunicativas entre adultos y niños/as en este aspecto. Hay que alentarles para que se sientan libres y cómodos de preguntar cualquier cosa que vean en la red y les incomode. Que algo que vayan a hacer y crean que está mal, pudiendo suponer motivo de “castigo”, es porque es perjudicial para ellos. Y, por supuesto, como padres no enfadarnos, sino analizar la situación y exponer las cosas con claridad y tranquilidad.Normas niños Ciberseguridad

¿Qué podemos hacer como adultos?

Como adultos, no podemos quitarle importancia a un tema así. Hoy en día es inevitable que un menor esté en contacto con lo digital. Si no lo tiene en su casa, lo buscará en el colegio, en casa de un amigo o en cualquier otro lugar, así que con prohibírselo no conseguimos nada.

Como seres vivos, para poder sobrevivir, tenemos que saber adaptarnos al entorno. Eso supone cambiar nuestros hábitos también como padres.

Es hora de asimilar nuestro papel como educadores digitales, como responsables de la Generación Alpha, que forma a nuevos miembros de la sociedad dominados enteramente por tecnología.

 

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